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Una década

Este blog cumple una década hoy, contando a partir de la primera publicación (Travesía, 22 de agosto de 2011), que hice cuando el ahora mamotreto virtual se alojaba todavía en Blogspot. Blogspot había sido plataforma de mi primera bitácora, que duró siete años y medio, y lo fue también de las tres siguientes, que inexplicablemente desaparecieron antes de cumplir un año, forzando su migración a WordPress, en donde se alojan desde entonces. La primera no desapareció, quedó en pie, pero perdí el acceso a su interior, por lo que tampoco es posible modificarla ni eliminarla yo mismo.

Al socaire del insomnio: Una travesía por el océano de la noche (nombre y apellido o “descripción”) es la continuación literaria y personal en el sentido primigenio de Gárgolas insomnes: Las horas de piedra en el laberinto, donde tuvo cabida también la política y el periodismo, el cine y otros temas. De ahí que la estafeta se repartiera entre sucesores temáticos al concluir el primer ciclo hace diez años. Prácticamente abandonados, en espera de que su autor los nutra de contenido, los otros dos blogs tratan de política y cine, respectivamente, y sus nombres son Pesimismo documentado: Para dilucidar los motivos ocultos de los actos nonatos (doble homenaje a Carlos Monsiváis, por si no lo sabes) y Clan Goro: De cine o la suma de todas las artes.

En su momento me pareció que mantener un blog durante siete años y medio era un exceso y así lo expresé al dar por terminado ese primer ciclo. Ahora resulta que la continuación ha cumplido una década, por lo que suma 17 años y medio la experiencia y quizá llegue a las dos décadas; llegaría con gusto por lo que a mí respecta, pero WordPress ha hecho una serie de cambios en el sistema de publicación que, al complicarlo todo y dificultarlo al máximo, reduce al mínimo las posibilidades técnicas de diseño. Cabe sospechar que se trata de forzar el pago por mejorías, empeorando la opción gratuita. Este hecho —que parece un signo de la época si vemos lo que sucede también en Facebook y YouTube— supone para WordPress cavar su propia tumba, como lo hizo Blogspot, que técnicamente se inmoló con un olímpico autosabotaje, como antes lo hizo hi5 y después la red social de Google (con la sutil diferencia, dicho sea entre paréntesis, de que los blogueros o bloggers somos creadores de contenido menos sociables que los usuarios de las redes sociales, generalmente antilectores y analfabetas funcionales). Se trata, pues, de una tendencia global y, si WordPress hace lo mismo que Blogspot, acabará la época de los blogs, a menos que sus autores más empecinados, rebeldes, nostálgicos y románticos, migremos entonces a las opciones que se nos ofrece desde hace años y que hemos desdeñado.

Por lo pronto, diez años exactos con este blog (más o menos nueve alojado en WordPress) se traducen en 300 “entradas”, 277 publicadas y 23 en calidad de borradores. Para distinguir de las “páginas”, que son fijas y atemporales, y aparecen en la columna secundaria, que es estática, las “entradas” aparecen con fecha en la columna principal, que suele ser dinámica. Las páginas publicadas son también 23, de modo que las publicaciones suman 300, contando aparte las “entradas” y páginas privadas y los borradores de ambos formatos. Las 23 páginas incluyen seis galerías con imágenes que no son de mi autoría, y una página introductoria para las seis galerías.

Digamos que el blog tiene alrededor de 300 publicaciones, lo que supone un acervo de valor atemporal, sobre todo porque algunas de las páginas son pequeños libros: Cien cuentos breves, Cien poemas breves, etc. Los cuentos diseminados en otras páginas compondrían un libro de tamaño regular. Diseminados en páginas y “entradas”, los poemas que no son breves, también.

El 99 por ciento de estas publicaciones es hasta entonces nuevo-inédito, escrito para el blog; el uno por ciento es reciclado, legado por el blog anterior, y uno que otro texto escrito para concurso literario y seleccionado para antología en libro de papel (desde luego lo informo en cada caso). También las publicaciones fechadas en la columna izquierda tienen un valor atemporal porque, a diferencia del periodismo, que suele ser efímero, la literatura nunca pierde vigencia ni actualidad…

Aun así, para conmemorar estos diez años de crecimiento, he seleccionado 50 publicaciones, que es la mayor cantidad permitida por la plataforma para “fijar arriba”, de modo que sean las más visibles y no dejen de serlo al publicar algo nuevo. Para que la selección tenga un orden personal ha sido necesario cambiar las fechas (con excepciones conmemorativas o periodísticas, como la crónica de los terremotos en Juchitán y el Istmo oaxaqueño), lo cual explica también que las fechas intactas de los escasos comentarios no correspondan… Comprenderán y disculparán ustedes el surrealismo entre onírico y esquizofrénico de que los comentarios parezcan hechos antes que las publicaciones.

Y cambié las fechas de diez publicaciones más para que aparezcan en seguida de las 50 “fijas arriba”.

Además, por primera vez en diez años, habilité la «barra fija» al pie del blog, y ocurrió la casualidad de que ahora ir hasta donde se llega con un clic hacia abajo tiene como límite las 60 publicaciones seleccionadas. Basta con hacer ese clic para comprobar que no se trata de ciencia ficción. Hay que hacer otro clic, ahora en un botón, para continuar el recorrido hacia abajo en el blog y hacia atrás en el tiempo. Las etiquetas ahora están al pie del blog, junto con las categorías, los archivos, el buscador y otros widgets.

Al continuar de arriba abajo el recorrido por el blog, aparecen de nuevo las publicaciones seleccionadas, alternando con otras, según su fecha. Eso no lo decido yo, sino el sistema de la plataforma. Si por mí fuera, ninguna publicación se repetiría.

Un paso previo al mantenimiento conmemorativo del blog fue despublicar las 20 entregas de poemas breves, pues los 200 poemas (10 por cada entrega) se redujeron a cien que son los más breves y de mayor calidad, y que ahora conforman una página. Los menos breves entre los restantes integraron series como la que titulé Nocturnidad (Un naufragio poético en diez partes) y también está publicada en página.

Por último, la plantilla siempre ha sido la misma en esta década, con cambios en detalles del diseño al alcance de la mano y el ojo, de modo que la apariencia, sobre todo ahora, sea más profesional. Por su parte, los recientes cambios de WordPress en su exasperante sistema de publicación ameritan un texto especializado con una crítica implacable.

Valga todo este rollo como invitación a zambullirse en la “página de inicio”, que permanecerá fija durante algún tiempo, con sus “entradas” seleccionadas y 23 páginas estáticas de por sí, 17 de las cuales son de mi autoría, fueron revisadas y las presento con orgullo. En general, estoy orgulloso de este blog, al que si acaso falta algo son lectores. Vaya pues. Salud.